Muchas
veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los
envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los
mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente
evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos.
Bernardo
Stamateas
Aunque
no lo creamos, estamos rodeados de gente con personalidades tóxicas. Personas
que nos hacen sentir mal aunque no tengamos la culpa, que nos usan sin que
aparentemente podamos evitarlo, que nos tienen a su merced sin que nos demos
cuenta. Muchas de estas personalidades las conocemos, pero no somos conscientes
de su consecuencia tóxica. He aquí las personalidades tóxicas que tenemos, cada
día, a nuestro alrededor.
El envidioso
Una
persona envidiosa tratará siempre de buscar aliados. Esto le garantizará
envenenar a otros con sus palabras y sus malos pensamientos. Este tipo de
persona no es feliz. Siempre desean aquello que los demás tienen o consiguen e
intentarán boicotearlo.
Es fácil
detectar a los envidiosos. Se ven venir. Lo importante es saber alejarnos de
ellos, no dejar que nos influyan con sus pensamientos tóxicos. Si somos los
afectados, tenemos que intentar ignorarlos. Si nos convertimos en un probable
aliado, no debemos dejar que guíe nuestros pensamientos sobre una persona.
Nadie
piensa igual sobre alguien y tenemos que tenerlo claro. Que nadie modifique lo
que pensamos ni nos ponga en contra de otra persona por sus pensamientos tóxicos.
El autoritario
La
persona autoritaria suele ser un jefe. Alguien que tiene bajo su yugo a otros.
Suelen ser personas muy inseguras de sí mismas y, por eso, incitan miedo a sus
subordinados para dar fe del control y poder que tiene.
Pero
esto no acaba aquí. Una persona autoritaria llega a humillar, amenazar y goza
imponiendo su voluntad. Juega con la necesidad que tienen las personas por
conservar un puesto de trabajo. Pero nadie debería tolerar esto, ni siquiera
aunque sea tu jefe.
Actualmente,
hay una ley que contempla el acoso laboral. Si te encuentras en un caso como
este no temas tomar medidas. Ir al trabajo puede convertirse en una verdadera
tortura.
El manipulador
Una
persona manipuladora es difícil de detectar. El manipulador es una personalidad
tóxica que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo sin ser descubierto.
Se muestran amables y complacientes. Tienen una gran capacidad para empatizar
lo que les viene muy bien. Pero… cuando las conocer mejor hay ciertas cosas que
tienes que evitar hacia ellas.
Para
empezar, nunca seas sincero con una persona manipuladora porque le dará la
vuelta. Se sentirá atacada y logrará que te sientas culpable por tu sinceridad.
Por lo tanto, tú serás el único culpable y así te hará sentir. Aunque sepas que
no tiene razón, acabarás controlando lo que dices para no sentirte mal después.
Los
manipuladores juegan sucio y suelen mentir. Si tú tienes un problema el de
ellos será peor. Por último, tienen el don de contaminar el entorno. Si están
tristes el ambiente se volverá triste.
El pesimista
Como su
propio nombre indica, los pesimistas siempre lo ven todo de forma negativa. Son
personas a las que todo les afecta y se rinden con mucha facilidad. Esta
negatividad en la que viven atrae más negatividad, por lo tanto, se convierte
en un círculo vicioso.
Se
muestran como víctimas indefensas ante el mundo. Continuamente estarán
quejándose por su pasado, su presente y su probable futuro. Esto le llevará a
una vida monótona y falta de metas, pues todo lo ve “negro”.
Es
necesario alejarse de este tipo de personas. Por mucho que intentes hacerles
ver que no todo es tan malo como parece, te llevarán la contraria y lograrán
alimentarse de tu positivismo para sentirse bien. La consecuencia es que tú no
te sentirás tan bien. A estos sujetos también se les denomina “vampiros
emocionales“.
El sociopsicópata
Es una
de las personalidades tóxicas más peligrosas. Nos encontramos ante personas
impulsivas, que no establecen límites afectivos y no sienten remordimientos
cuando hacen daño a los demás. Son personas ambiciosas que alcanzan sus
objetivos sin importar a quien destruyan por el camino. Son incapaces de decir
“lo siento”.
Los
sociopsicópatas son personas que se presentan encantadoras, pues te dirán todo
lo que querrás oír. Suele interesarse mucho por la persona que tiene enfrente
haciéndole muchas preguntas para recabar información que almacenará para
utilizarla, luego, en su contra. Con esto, mentirá y engañará para lograr lo
que quiere. Fingirá sentimientos que no siente ni padece. Es lo opuesto a una
persona empática.
¿Cómo
podemos reconocer a un sociopsicópata? Debemos ser muy observadores. Dado que
no sienten emociones hay que observar en su rostro su mirada y los músculos
faciales. Si fijan los ojos en ti y no mueven ni un solo músculo de la cara,
ten cuidado, probablemente te estén manipulando.
El descalificador
El
descalificador disfruta menospreciando, manipulando y desestabilizando
emocionalmente a los demás. Esto provoca que la otra persona se muestre
inseguro y dependa de sus opiniones.
Se
mostrará como un gran amigo, pero utilizará todo lo que le cuentes para, en el
momento adecuado, desvalorizarte ante los demás. De esta manera, finge
mostrarse interesado en lo que le cuentan. Juega con el factor sorpresa. En el
momento más inesperado, se quita la máscara para convertirse en un ser violento
que menosprecia a los demás.
El Neurótico
La
persona neurótica suele ser insegura. Por este motivo, intentará conseguir una
buena posición social aunque se impondrá objetivos que no podrá cumplir, debido
a sus sentimientos de desvalorización que lo bloquean. No soporta que nadie
sepa más que él sobre algo, por eso tratará siempre de llamar la atención.
Por este
tipo de inseguridades, que sufrió desde niño y no ha podido resolver, el
neurótico desarrolla una conducta perfeccionista, conflictiva, egoísta e
infantil. Esto le lleva a controlar a la otra persona. Además, sus cambios de
humor provocan que sea imposible la convivencia con ellos.
Cualquiera de estas personalidades tóxicas
contamina a los que tienen a su alrededor, a través de sus energías negativas.
Darse cuenta de con quién nos relacionamos también es importante para nuestra
salud. El truco está en anticiparse y elegir de quien nos queremos rodear,
evitando a aquellas personalidades tóxicas que nos puedan perjudicar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario